A Don Carlos Argos

Querido Carlos;

Hoy es un día triste, te hubiera llamado y nos hubiéramos reunido en tu despacho, hubiera ido a pedirte consejo, pero no estás.

Por eso no me queda más remedio que escribirte en este espacio personal para pedirte perdón. Hoy me ha tocado hacer algo que jamás pensaba que iba a hacer, pero como bien hablábamos en nuestras comidas, como en una buena película western que tanto te gustaban, uno tiene que tomar decisiones y tirar para adelante sabiendo asumir las consecuencias,  el final puede ser inesperado pero lo lógico es que ganen los buenos.  Este foro lo integramos un grupo de personas formadas, un «equipazo», con ideas e ilusión, del que estarías orgulloso por ser representativo de todo el centro derecha, de los nuestros y de aquellos que son mucho más liberales que nosotros, que lo único que quieren es que el Partido que tanto os costó levantar vuelva a la senda de la decencia, recupere proyectos que ilusionen, se formen los mejores equipos y no se arrincone a personas por solo pensar diferente, que se escuche al que tiene algo que aportar, que llegue el mejor de los mejores para cada puesto.

Mi posición no ha sido nada fácil, me he acordado mucho de ti este tiempo, de verdad que sabes que he reflexionado mucho, pero llegó el temido momento del que hablamos y que tú y yo sabemos. Ahora es cuando es necesario volver a reconstruir lo que tanto os costó construir, con vuestra salud, tiempo, generosidad y entrega. No cabe duda de que sé que algunos entenderán que es un gesto desleal, puede que a ciertas personas sí, pero al Partido jamás.

Vuestra generosidad generacional ha servido para que hayamos vivido muy bien, pero se han torcido las cosas. Si Carlos, estamos en un momento donde hemos pasado de la ilusión de construir un Partido, de ganar, transformar pueblos, ciudades, un país y pensar en los demás, a tener un partido donde muchos se han aprovechado de las siglas, por y para ellos, el Partido Popular ha sido utilizado para lo contrario para lo que nació, nació para servir y se han servido de él, nació para construir, nació por un país, para defender un modelo de vida y muchos solo han pensado en sí mismos, siendo injusto con la mayoría decente, han pensado solo en su permanencia contra los intereses ya no solo de los afiliados, sino de todos los españoles.

Es ahora donde por responsabilidad y por vuestro recuerdo,  hemos pasado a la acción un grupo de jóvenes con ilusión, o ya no tan jóvenes, para recuperar la decencia y el verdadero fin de nuestro partido, que no es un logotipo, es el resumen de defensa de principios, de mucho trabajo, de ideas, proyectos, de reformas, herencia de grandes maestros como Don Manuel, del que siempre fuiste escudero.

Por todo quería pedirte perdón por haber llegado a este punto, pero sigo creyendo que podemos recupera nuestro partido, ese partido donde no se juzga, se trabaja, donde no se critica al compañero, se intenta ser mejor que el adversario, convencer incluso a muchos que jamás pensaron en votarnos, las siglas que uno llevaba con orgullo y la cabeza alta a la calle, a las universidades, a los hospitales, en el metro, pueblos, ciudades, Europa, por saber que entregabas parte de tu vida, por el bien común, por unos principios, por la vocación de dar, sin querer que el ego recibiera nada a cambio.

Pero no ganan los que utilizan el partido para su fin, sin saber la labor tan importante que es un partido en todos aquellos sitios donde está, el respeto a sus bases, garantía de gobiernos, tenemos que pedir perdón, resetear y que la tormenta de corrupción e indecencia nos haya dejado huella para que jamás se vuelva a repetir.

Lo importante que es que los ciudadanos tengan claro que el Partido Popular significa todos los valores e ideas decentes, significa mérito, esfuerzo y trabajo, y que no se ha ido, que vuelve para creer en España como país de ciudadanos libres e iguales, donde sin juzgar trabaja por todos, donde se defiende a la familia como garantía de futuro, donde se trabaja por la igualdad de oportunidades, se gestiona el dinero de los ciudadanos de forma impecable y lideran los que convencen, a sabiendas de que hay que trabajar por los más importantes, los ciudadanos, por nuestro país, España.

Me despido Carlos desde mi rincón, para decirte que  me acuerdo de ti mucho, gracias por haberme hecho afortunado por considerarme amigo tuyo.

Un abrazo, rezo por ti, espero que no estés mucho en el purgatorio que aunque creas que te divierte más que el cielo, este es el sitio donde te corresponde estar.

Joaquín