Dice la canción lagrimas negras: “sufro la inmensa pena de tu extravío, siento el dolor profundo de tu partida y yo lloro sin que tu sepas que el llanto mío, tiene lágrimas negras como mi vida” basándome en una obra maestra de Bebo Valdés, quiero escribir sobre las lágrimas, muchas veces equivocadamente tachadas por cobardía.
Negras y blancas, unas de dolor, otras de felicidad. Ambas pueden cambiarte la vida, unas para mal, otras para bien… pero uno no da importancia de las segundas hasta que no ha sufrido las primeras.
Es la grandeza de sufrir ambas las que dan sentido, pues las dos tienen un mismo denominador común: SENTIMIENTO. Que más grande que sentir para darse cuenta uno de que vive, y que menos que no avergonzase de tan magno acontecimiento.
Mucha gente cuando alguien llora ve en él/ella una debilidad, yo sólo puedo pensar en su libertad de hacerlo y en el por qué, antes sólo pensaba que todas venían del mismo sitio maligno, que gran equivocación y que gran lección. ¿Sabes? Además unas lágrimas negras de uno, pueden hacer brotar las más bellas de las blancas de otro, y eso sí que no tiene precio.
Para ellas, dando igual el color:
“Desde el lagrimal nacieron, la más intrépida fugose y besando su mejilla en vez de caer al suelo hasta sus labios llegó, desde entonces no es la misma, allí por fin alejada de las otras se encontró”
Pues esa es la más afortunada.
La diferencia entre ambas es su origen, pero si lo piensas no se diferencia tanto su fin. Me explico, es en este momento en el que aparece la importancia de la persona para aprender a discernir entre que es lo que hace que unas lágrimas negras tornen en blancas. Si lo piensas para muchos lo más sencillo es lo que le hace más feliz, alejándole de todo aquello que le esclaviza.
Hoy desgraciadamente la gente llora lágrimas negras en demasía por frustración, hasta que abren los ojos y tras darse cuenta de todo lo que han perdido y la suerte que han tenido, cambian estas de color.
En fin hoy se me está pirando y quizá he filosofado demasiado, pero que sería de mí si no lo hiciera. Para mí la definición según la RAE de filosofía que más me gusta es: “Fortaleza o serenidad de ánimo para soportar las vicisitudes de la vida”
Hoy creo que viene al pelo.
Pues lo dicho. Contigo me voy gitana, aunque me cueste morir.