Ya sabes que muchas veces digo que este es un juego que es la vida que puede que sus reglas nos las podamos saltar a la torera de vez en cuando, no sin consecuencias, mientras tengamos consciencia de ello.
Nadie tiene escrito que el juego siempre sea divertido, incluso es más, la vida puede ser capaz de forma cruel hacer que tu balanceo en los hilos de coser se rompan y en minutos, segundos darte un vuelco; unas veces para mal, otras para bien y ese giro de 180º te descoloca de tu rumbo para dirigirte ¿A dónde? Ojalá pudieras saberlo.
Te escribo hoy por rendirle su merecido homenaje. Pero también para que sepas que de todo lo que se puede llevar, tienes que priorizar sobre lo más importante, por que al final siempre quedas tú y eso no tiene precio.
Sé que ninguno de los dos pedimos iniciar la partida, eso puede que sea lo que más gracia tiene. Pero también que una vez empezaron a rodar los dados como en la película de Jumanji, hasta que no se llegue al final, esto como que no para y por mucho que lo intentes no puedes hacerle trampas al tiempo, es un viejo gruñón que se las conoce todas.
Que se rompan los hilos de tu columpio no depende de ti, ¿Qué puedo hacer? Te preguntarás. La respuesta es compleja, pero a su vez apasionante, NADA. Pero sí vivir, vivir en conciencia a sabiendas que todas las veces que toca jugar, marcarán el final de la partida.
Pero sí que siendo justo para contigo, puedes hacer todo lo demás por ser por ti, por lo que realmente vale la pena. Ejemplo: No has pensando que si te mueres enfadado con alguien, vas a vivir enfadado toda la eternidad. Creas o no, ese enfado quedará latente por siempre jamás y lo que pudo ser, tu desenfado, jamás será.
Es por ello que escribo para que no rompas ese balanceo constante que permiten que los hilos de coser te sustenten, si se rompe uno, el resto hará piña para que no caigas, pero si todos por tu actitud pasan a mejor vida, tu tortazo será monumental.
Es el momento de reflexionar, de pensar ¿Cómo lo voy a hacer? Sabiendo que serán la firmeza de tus pasos lo que harán que finalmente los consigas. Puesto que puedes hacer muchas más cosas de las que te imaginas.
No podemos derivar la responsabilidad en otros, tenemos que de forma individual conseguir que al final colectivamente esto empiece a funcionar y todos los columpios no paren, sigan con su balanceo, constante y sincronizado para que la revolución cívica, se inicie y por fin cambiemos y fijemos el rumbo hacia lo importante.
¿Qué es lo importante? La respuesta difiere para ti y para mí, lo único que espero es que no sean antagónicas y sí compatibles.
Brindo por tu revolución, empieza en ti.
Un regalo de Don Mario Benedetti:
¿Qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de paciencia y asco?
¿sólo grafitti? ¿rock? ¿escepticismo?
también les queda no decir amén
no dejar que les maten el amor
recuperar el habla y la utopía
ser jóvenes sin prisa y con memoria
situarse en una historia que es la suya
no convertirse en viejos prematuros
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de rutina y ruina?
¿cocaína? ¿cerveza? ¿barras bravas?
les queda respirar / abrir los ojos
descubrir las raíces del horror
inventar paz así sea a ponchazos
entenderse con la naturaleza
y con la lluvia y los relámpagos
y con el sentimiento y con la muerte
esa loca de atar y desatar
¿qué les queda por probar a los jóvenes
en este mundo de consumo y humo?
¿vértigo? ¿asaltos? ¿discotecas?
también les queda discutir con dios
tanto si existe como si no existe
tender manos que ayudan / abrir puertas
entre el corazón propio y el ajeno /
sobre todo les queda hacer futuro
a pesar de los ruines de pasado
y los sabios granujas del presente.