CARPE DIEM

Estamos en una época donde el egocentrismo ha conseguido ganar una gran batalla que sin duda traerá consecuencias muy jodidas en no mucho tiempo.

Efectivamente, creo que hemos perdido una oportunidad de oro por haber defendido un modus vivendi en un época privilegiada escudándonos detrás de un engaño por una falsa traducción de dos palabras que torticeramente daban el significado de “aprovecha el momento”, entendiendo que uno tiene que vivir sin pensar en más que su satisfacción personal en el momento concreto en el que está, importando poco lo demás, los demás. Vamos que podrían ser sinónimo de narcisismo, egoísmo y tantos etcéteras haciendo prevalecer mi tan criticado yo, mí, me, conmigo.

En realidad, basura.

Uno se queda pensando quien habrá sido el mago del marketing que ha conseguido convencernos de algo tan equivocado, tan perjucial, sobre todo me pregunto: ¿Buscando qué? ¿Cuál es su interés final para intentar corromper a varias generaciones para que dejen de pensar en el nosotros, para acabar pensando en el yo?

Tras leer e investigar un poco, empecé a darle sentido a la verdadera intención de la suma de esas dos palabras CARPE DIEM: “Toma el día”. Significado bien distinto que gana por goleada al anterior, ahora sí. Carpe Diem deja de estar prostituido para tener un verdadero sentido no destructivo.

Horacio escribió

No pretendas saber, pues no está permitido, el fin que a mí y a ti, Leucónoe, nos tienen asignados los dioses, ni consultes los números Babilónicos. Mejor será aceptar lo que venga, ya sean muchos los inviernos que Júpiter te conceda, o sea éste el último, el que ahora hace que el mar Tirreno rompa contra los opuestos cantiles. No seas loca, filtra tus vinos y adapta al breve espacio de tu vida una esperanza larga. Mientras hablamos, huye el tiempo envidioso. Vive el día de hoy. Captúralo. No fíes del incierto mañana.

Cuan diferente significado contra aquellos que pretenden que vivas la vida al día, no que vivas cada día la vida.

Veo que muchas batallas las ganan los que quieren que no tengamos conciencia de lo que realmente nos perjudica. Vivir, no significa tirar para nada el futuro por la borda, perjudicarte con actitudes corruptas que no van a hacer más que engordar una factura muy difícil de pagar sabiendo que, como aquel día escribí, todo acto tiene consecuencia.

Desde este blog quiero que tomes conciencia de lo que para mí es el verdadero significado del Carpe Diem: Toma el día como un regalo, lo que se traduce en acostarte siempre que puedas con la conciencia tranquila de haber vivido decentemente; date en cuerpo y alma, siente, quiere y vuélvete loco por vivir cada segundo, pero que ninguna de esas locuras te destruyan, si no que te hagan más grande, mejor; sé generoso, da, para sembrar cuanto más mejor, puesto eso significará que un día, el que menos te esperas, recibirás.

Muchos creen que por retar la vida son más libres, mentira, puesto que la mayoría de los retos planteados vienen con hipotecas impagables. El mago del marketing que nos ha querido engañar, nunca te ha dicho lo que pasa una vez que viviste ese día, según su modo, cuando amanece el día siguiente.

No se puede ser más libre que respetándose a uno y sus circunstancias. El planteamiento es lo que puede dar verdadero sentido a su pretensión, cada día tiene su afán, si consigues el reto de que ese afán te haga más humano, más grande, el inesperado siguiente será sin duda tu mejor regalo, incluso mejor que el anterior.

Hay una película que de pequeño vi, y volví a ver el otro día que traigo a colación por ser el Carpe Diem el hilo conductor: “EL club de los poetas muertos”. Película que tras casi 20 años he conseguido entender.

Cuando era pequeño me atrajo la idea de libertad,  la rebeldía,  luchar contra el sistema, contra los valores establecidos, la pasión de la locura, esos estudiantes que buscan para encontrar. Ya con 34, efectivamente me he hecho mayor, he entendido que Carpe Diem sí, pero ineludiblementetiene tiene que ir de la mano de nuesto mayor don, la razón, para que todo lo anterior se encuadre y tenga sentido. La muerte al final de la película del protagonista*, es el fracaso por frustración del engaño del disfrazado «Carpe Diem», demostrando sus efectos perversos en su tragedia final; haciendo además que terceros inocentes, como el profesor John Keating, sufran sus consecuencias.

¿Quién puede ser tu profesor?

No es la forma de vivirlo, es la forma de entederlo.  “O capitán, mi capitán”.

*Si te he fastidiado la película perdón, merece mucho la pena.

Un comentario sobre “CARPE DIEM

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s