Caminante no hay camino, se hace camino al andar.

Un paso le sigue al otro y el cuerpo siempre va detrás.

Hace ya unas semanas un buen amigo salió con paso firme desde la puerta de su casa desde el centro de Madrid con destino Santiago. Salió sólo con la mejor de las intenciones, llegar.

¿Por qué? sólo él lo sabe, pero estoy seguro que aunque hoy no encuentre respuesta, una vez llegue, donde llegue, encontrará todo aquello que ha salido a buscar como su merecida recompensa.

Su actitud de valentía me pareció genial, sobre todo por ser una persona que siempre ha dado y que quizá, paso a paso, buscaba por una vez recibir algo. Esto merecía que yo lo viera como protagonista, así que como cuando tenía veinte años,  pedí prestada mochila, saco y me lancé a compartir su experiencia durante cuatro días de puente. Creí que necesitaba respirar un poco de esa soledad compartida, de esa satisfacción de ir sin pensar en el qué, de poder dedicarme a cansarme tanto que me diera aire para poder, con paz, pensar en lo correcto, en definitiva, un pequeño acto egoísta sin finalidad.

Lo primero agradecer a San Isidro la oportunidad de poder irme, lo segundo darle las gracias a mi amigo Bucho por dejar acompañarle y aprender.

Así me vino a la memoria de un exjoven airado, como la canción de Loquillo, la grandeza de poder responder a muchas preguntas.

Hacer el camino significa mucho, para creyentes, no creyentes, turistas; cada uno con su por qué de querer cumplir con el reto.

Me encantó compartir pasos con Italianos, Coreanos, Australianos, recorrer nuestro maravilloso país, conocer a sus gentes de tantos y diferentes lugares, ver como madrugan muchos para cuidar sus campos, nuestros campos, los tractores a todo rendimiento, saber distinguir el silencio del ruido que es ya compañero de nuestras vidas urbanitas.

Fui feliz en medio de la nada, pensando en todo.

De mi decisión saqué varias conclusiones que comparto:

Creo que cada uno tiene que saber cuándo romper para ponerse a caminar su particular camino. No parar te hace ser cautivo de una esclavitud donde te olvidas de la esencia de lo importante, por ello te lo recomiendo. Respetando tu espacio, recolocando las prioridades, volverás a dar lo mejor de ti.

Durante nuestras cuatro etapas hablamos mucho y de todo; de amores perdidos, otros encontrados, personas que sufren hoy, otras que sufrieron ayer, de vidas profesionales, inquietudes sociales, también políticas que aunque parezca que no, va de la mano.

De entre todo me quedo con una conversación/lección en mitad de la estepa castellana donde tras unos KM a las espaldas, él “n” más que yo, sacamos la conclusión de que los que marcan la diferencia son aquellos que inspiran y crecen, contra aquellos que expiran para ser enaltecidos de la forma más engañosa de todas.

Ya, creo que esto merece una explicación más extensa.

Entendimos que cuando caminas lo que sientes en la necesidad de ir cogiendo aliento para seguir el camino con fuerza, eso te llena por dentro y te da capacidad para poder alcanzar la meta, en contraposición de la expiración de contar siempre aquello que con soberbia te hace mejor en comparativa de adversarios que cual molinos de viento, son producto de tu imaginación, pues no hay peor engaño que la comparativa constante. Comprendimos que era una pérdida de tiempo intentar demostrar que eres quien no eres, en vez de centrarte en ser.

Quizá y no te quito razón, nos dio mucho sol en la cabeza, pero también te digo que haber podido departir con una amigo a los 34 sobre nuestras equivocaciones, nuestras pérdidas irrecuperables, nuestros sueños frustrados, otros todavía vivos, me ha dado aliento para decir que sí, que estoy para quedarme con más ganas que nunca.

Por ello y tras una gran experiencia personal te animo a que busques ese espacio, aprende y llénate a pleno pulmón de vida, es la conclusión que he sacado de algo tan sencillo como dar un buen paseo acompañado de un gran amigo.

 

Unde laudes regi regum solvamus alacriter,

Cum quo leti mereamur vivere perhenniter.

Fiat, amen, alleluia, dicamus solempniter

E ultreia esus eia decantemus iugiter

 

https://www.youtube.com/watch?v=8c0ehSZP9Ws

Nunca sabes quien te va a decir cual es la dirección correcta.

Imagen

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s