Y LA PLAYA LLORA Y LLORA…

Aquí regreso a los brazos de mi Madrid, ciudad que tanto quiero, después de unos días increíbles de descanso.

Le robo una frase al gran Iván Ferreiro de la canción Turnedo para dar título a este post por venir más que nunca a cuento. Efectivamente la playa llora y llora por ir poco a poco quedándose vacía de ti, te aseguro que no de mí, puesto que ella y yo como que no nos llevamos del todo bien debido a su cómplice natural: la arena.

Me rio por pensar que todavía estamos a 25 de Agosto, si estás leyendo este post en zona costera seguro que piensas que menudo cabrón este que por haberse quedado ya sin vacaciones como que me viene amargar un dulce, pero noooo es verdad, nada más lejos de mi intención. Yo sólo quiero escribir hoy para dar las gracias y contarme a mí mismo, todo lo que he aprendido en estos días que no es poco.

21 días de vacaciones dan para mucho; confesar que cuando uno se va tanto tiempo llega un día que es autómata y cuando le preguntan cosas tan sencillas como que día es hoy, contesta encogiéndose de hombros y teniendo que acudir al aparato anti privacidad llamado móvil para saberlo, como casi siempre te acompaña pues no suele pasar mucho tiempo entre pregunta y respuesta. Como dice mi hermano: “en tu gran cabeza no conduce nadie”. (Es verdad soy cabezón, pero también proporcionado… si sabes de lo que hablo mi cabeza es siete veces mi cuerpo, jajajajajajaja).

No conduce nadie pero todo es diferente y ves con otros ojos que te permiten disfrutar de pequeños detalles que normalmente la locura del día a día no te deja.

Lo primero tu propia familia, los amigos, muchos ya en otras ligas superiores debido a sus mujeres y sus enanos, uno de ellos me dio  un gran consejo, me dijo: «Joaquín elige bien tu propia máquina de regañar, que si no los veranos son muuuuuuuuuy largos», jajajajajajaja me encantó.

También tienes ese pequeño espacio para ti, poder pensar un poco en lo que eres escuchando solamente el ruido del mar es un lujo, justo a la hora de los baños infantiles, entre las 20 y las 21, al no tener tan bendita obligación, como que ese paseo merece la pena.

Te da tiempo a hablar, pero también a escuchar y aprender. Leía no hace mucho que uno tiene que tener la virtud de hablar la mitad proporcional de lo escuchado, yo no sé si lo he conseguido espero que sí, pero he tenido conversaciones que han merecido mucho la pena.

De entre todo lo leído quiero compartir contigo la frase más sencilla para que saques tus propias conclusiones: “Un carpintero siempre mide dos veces antes de cortar”.

Y me estoy terminando un libro de Stephen Covey que me ha enseñado la diferencia entre el dependiente, independiente e interdependiente, pero esto da para un post entero.

No quiero dejar este post sin dar las gracias a mi familia, a la añadidura María, a María mi madre vacacional, Merry´s y Goikos por razones obvias.

Pues eso, que aquí estamos de vuelta con ganas de hacer más ruido que nunca, con una sana intención de aportar mi pequeño grano de arena para el nuevo ejercicio 2014 “barra” 2015 y que tú lo veas, digo perdón, que tú lo leas.

 

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s