¿Cómo puedo escribir sobre ti? ¿Cómo puedo explicar lo que tanto significas y hacerme entender? ¿Cómo puedo hacer ver a tantos, lo que han luchado por ti? ¿Cómo puedo sugerir que defenderte, es defender las generaciones futuras?
Me siento cobarde por solo disfrutar de ti, cuando tantos hoy luchan por verte, aunque sea de lejos. Veo la mierda de tantos países donde se producen matanzas, encarcelamientos, luchas callejeras y me pregunto: ¿Qué fin de raza soy que me conformo con disfrutarte? ¿Qué puedo hacer?
Quizás sea un principio, pero utilizo esta vuelta al calcetín como una de las mejores armas para tu defensa, a muchos pudieron matarlos, encarcelarlos, pero jamás silenciarlos.
Comparo España con otros países, algunos visitados, otros protagonistas de las páginas grises y me digo: que suerte tengo; siendo la consecuencia sentir la imperiosa necesidad de escribir:
Por poder creer y no ser perseguido.
Por poder andar por la calle y no ser vigilado.
Por poder coger cualquier libro, para buscar las respuestas y no ser condenado.
Por poder hablar con cualquiera y no ser escuchado.
Que gran privilegio no ser nadie interesante para ser libre, lujo que vivo y no puedo no dejar constancia, sobre todo al ver cuando gente que cree en lo que yo creo es asesinada, gente que tiene lo que tengo, es robada, gente que lee lo que leo, es encarcelada, gente habla como yo, en muchos países es condenada: Irak, Siria, Venezuela, Cuba, Nigeria, Qatar… etc.
Tu mayor desgracia es que la gente no te echa de menos hasta que no te pierde, otros por no conocerte y lo más triste, alguno por no saber de tu existencia. Tu mayor responsabilidad es todos aquellos que dieron la vida por buscarte, por defenderte, por tenerte.
Y ¿Yo? Que puedo hacer para honrarte, prometo esmerarme más por intentar explicar la verdad de tu importancia, participar para dar gracias a aquellos que luchan por ti, si también desde aquí y nunca dejar de escribir sobre ti, para que conste que te he conocido.
Sabes siento frustración por mi cobardía, por no saber canalizar mi ganas de defenderte sin renunciar a tanto, pero claro ¿Por dónde empiezo? No siento fuerza suficiente para dejarlo todo por ti, y sé, te prometo que sé, que esto traerá consecuencias… si no las estoy empezando a ver ya.
En fin, no te creas que no le doy vueltas, sabiendo que mi vida es una vida vacía, hueca, cuando hay niños enjaulados, estudiantes luchando, esclavos, todos ellos por quererte tener y yo no estoy haciendo nada. Libertad, que puta pequeñez la mía. Privilegiado, sí, consciente de ello también. Perdón por mi ingratitud.
Como dice el gran Calamaro: “será solamente una palabra, la hermana hermosa: LA LIBERTAD”.